Uno de los linderos de la parcela está delimitado por un pequeño arroyo, de donde tomamos agua en invierno (sólo corre un poco de agua, cuando llueve bastante), ya que aún no tenemos pozo de sondeo. Le meto una bomba sumergible (conectada a un grupo electrógeno, porque luz tampoco tenemos) en un remanso, y lleno un depósito de 2000 L con el que tenemos que apañarnos todo el verano. De momento es lo que hay. Uno de los primeros proyectos que hemos emprendido es la estabilización de los taludes del arroyo para evitar la erosión. A la derecha se ve el aspecto inicial.
Para la estabilización del talud hemos considerado diversas opciones. Las más obvias son las "soluciones duras", a base de hormigón, muros de piedra, bloques, etc. Estas soluciones, aparte de costosas (son unos 100 metros de arroyo) nunca nos gustaron por demasiado agresivas. Así que estamos explorando las opciones de la Bioingeniería. Es un nuevo tipo de ingeniería (de canales) que aprovecha los recursos naturales para estabilizar las márgenes de los cauces. En España hay algunas empresas que hacen proyectos de bioingeniería, por ejemplo Bonterra, Projar o Aquanea. Utilizan sistemas como los biorrollos, las geoceldas o las mallas orgánicas, en sus páginas web se puden ver mucho ejemplos de actuaciones. Nosotros estamos considerando comprar paneles de geoceldas para recubrir el talud. Pero en primera instancia hemos reforzado el talud con restos de siega, durante dos temporadas. Así quedó el talud después del primer refuerzo, esta foto es de noviembre de 2010:
Durante el invierno se han ido compostando los restos de siega a la vez que protegían el talud de la erosión, y las semillas que contenía han germinado. Así se veía el arroyo en abril de 2011, una vez que la vegetación autóctona empezó a arraigar sobre los restos de siega:
Es una bioingeniería casera pero de momento ha funcionado. Este verano hemos seguido reforzando con el mismo sistema, en primavera pondremos geoceldas en algunos puntos si lo vemos necesario.
